El verano tiene un punto de nostalgia. De nostalgia de tiempos pasados, que no siempre son mejores pero con la distancia nos lo parecen. Aunque prefiero el mundo laboral al estudiantil, no puedo negar que echo de menos esos tres meses de vacaciones. No por el hecho de que fuesen tres, sino por esa oportunidad para desconectar de todo sin remordimientos. Tres meses de puro disfrute y placer personal. Pero de repente, un día todo eso se acaba y ni siquiera has tenido un ritual de despedida. Luego todo consiste en cuadrar horarios con los amigos para poder veros unas horas, y las tardes improvisadas en el parque con una toalla sobre el césped mientras jugabas a las cartas se esfuman como si nada.Tengo un ejercicio clave que hago cada verano (o fin de semana) desde que comencé a trabajar. Cuando llevo semanas muy saturada porque no he tenido esos ratos de desconexión o en los que se me ha acabado la batería social pero sigo teniendo compromisos pendientes, trato de enfocar todos mis esfuerzos en realizar cosas manuales. De hecho, tengo una lista de actividades pendientes que disfruto mucho hacer en esta época estival a la que he llamado 'hot girl summer' por cuestiones de la cultura de Internet. Las tareas, por lo general, se tratan de acciones que no requieren demasiado esfuerzo mental. Organizar mis carpetas en el ordenador, retocar fotos en Lightroom, actualizar mi fotogalería online, hacer cuadernos de viaje, cocinar recetas inventadas tanto dulces como saladas, colorear mandalas...Hay algo terapéutico en esas tareas manuales. Puedes divagar en tus pensamientos, pero las acciones mecánicas hacen que casi medites en cada proceso. El mundo se queda en calma y estás solo contigo mismo; analizando, procesando, dando tiempo al tiempo. Si estáis teniendo problemas para desconectar de vuestro día a día, dejaros algún día del fin de semana para hacer algo puramente manual, algo que no requiera leer con atención, comprender o incluso analizar. Puede ser tanto físico como digital. Yo creo que esa es la clave del éxito de las tiendas de cerámica que tan de moda están en el último año. Poner las manos en arcilla y dejar que todo el proceso para crear un jarrón, taza o plato se convierta en una terapia de silencio, me parece el mejor método para aliviar, por un tiempo, el frenético ritmo de la vida.
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🧘♀️ La terapia de lo manual
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El verano tiene un punto de nostalgia. De nostalgia de tiempos pasados, que no siempre son mejores pero con la distancia nos lo parecen. Aunque prefiero el mundo laboral al estudiantil, no puedo negar que echo de menos esos tres meses de vacaciones. No por el hecho de que fuesen tres, sino por esa oportunidad para desconectar de todo sin remordimientos. Tres meses de puro disfrute y placer personal. Pero de repente, un día todo eso se acaba y ni siquiera has tenido un ritual de despedida. Luego todo consiste en cuadrar horarios con los amigos para poder veros unas horas, y las tardes improvisadas en el parque con una toalla sobre el césped mientras jugabas a las cartas se esfuman como si nada.Tengo un ejercicio clave que hago cada verano (o fin de semana) desde que comencé a trabajar. Cuando llevo semanas muy saturada porque no he tenido esos ratos de desconexión o en los que se me ha acabado la batería social pero sigo teniendo compromisos pendientes, trato de enfocar todos mis esfuerzos en realizar cosas manuales. De hecho, tengo una lista de actividades pendientes que disfruto mucho hacer en esta época estival a la que he llamado 'hot girl summer' por cuestiones de la cultura de Internet. Las tareas, por lo general, se tratan de acciones que no requieren demasiado esfuerzo mental. Organizar mis carpetas en el ordenador, retocar fotos en Lightroom, actualizar mi fotogalería online, hacer cuadernos de viaje, cocinar recetas inventadas tanto dulces como saladas, colorear mandalas...Hay algo terapéutico en esas tareas manuales. Puedes divagar en tus pensamientos, pero las acciones mecánicas hacen que casi medites en cada proceso. El mundo se queda en calma y estás solo contigo mismo; analizando, procesando, dando tiempo al tiempo. Si estáis teniendo problemas para desconectar de vuestro día a día, dejaros algún día del fin de semana para hacer algo puramente manual, algo que no requiera leer con atención, comprender o incluso analizar. Puede ser tanto físico como digital. Yo creo que esa es la clave del éxito de las tiendas de cerámica que tan de moda están en el último año. Poner las manos en arcilla y dejar que todo el proceso para crear un jarrón, taza o plato se convierta en una terapia de silencio, me parece el mejor método para aliviar, por un tiempo, el frenético ritmo de la vida.