¿Habéis tenido alguna vez esa sensación de que la semana pasa extremadamente lenta? Supongo que sí, de hecho hay cuentas en redes sociales que nos lo recuerdan como ese meme de Tintín que dice: "–What a week, huh? –Captain, it's wednesday", me encanta y por la cantidad de likes que recibe cada miércoles no dudo de que casi todo el mundo se siente un poco igual. A mí me está ocurriendo exactamente al revés. Llevo todo octubre sintiendo que el tiempo se me escapa entre las manos. ¿En serio ya es noviembre? ¿Qué ha pasado? Es como si estuviese viviéndolo todo desde fuera. De repente es viernes y cuando quieres darte cuenta al día siguiente vuelta al lunes, como si durante el fin de semana no existiese el reloj (creo que había una teoría conspiranoica sobre esto).La cuestión es que en las últimas semanas me he dado cuenta de que me está costando desconectar y cuando lo consigo ya se me ha acabado el tiempo libre. Siempre tengo tareas pendientes, cosas que hacer, no consigo liberarme al completo de la mochila de agobios de la semana. ¿Será que necesito vacaciones? No lo sé, pero en estos últimos días he leído, visto y escuchado muchos temas similares que me hacen pensar que es más un mal endémico que una sensación personal. También es cierto que soy muy recelosa con mi tiempo y marco los horarios o rutinas que debo hacer. Entre semana me gustaría tener más de una o dos horas libres, pero para que todo fluya al día siguiente debo adelantarme a los acontecimientos; dejar el tupper preparado, la ropa para el día siguiente o la deporte si tengo yoga esa tarde, la mochila con todo lo que necesite... Un sin fin de lo que yo llamo "hacerme la vida más fácil" pero menos libre. La improvisación o incluso la posibilidad de aburrirse casi no tiene cabida, pero lo prefiero así a tener que agobiarme cada día.Mientras escribía estas últimas palabras he recordado que tenía que depilarme el bigote y corrido a añadirlo a mi 'to-do list' del móvil, junto a otras tareas que he acumulado en estos días, pero que he ido dejando pasar. Aún tengo que comprar el billete del bus para ir a ver a mi hermana a su nueva ciudad, hacer el carrito de la compra de los productos de belleza que estarán rebajados el lunes o escribir esta propia newsletter. Los quehaceres nunca acaban y estoy segura de que eso contribuye a mi agotamiento semanal.¿Tenéis esta sensación? A mí me gusta echarle la culpa al sistema capitalista por destruir todas nuestras energías con ese incesante afán de productividad. A veces incluso nuestros hobbies parecen obligaciones o una razón más para conseguir combinar tu jornada laboral con otros ingresos extras que hagan parecer que la precariedad es un invento. Pero mejor que yo lo explican las investigadoras, artistas y actrices que he recopilado a lo largo de la semana.
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⏳ Ganar tiempo al tiempo
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¿Habéis tenido alguna vez esa sensación de que la semana pasa extremadamente lenta? Supongo que sí, de hecho hay cuentas en redes sociales que nos lo recuerdan como ese meme de Tintín que dice: "–What a week, huh? –Captain, it's wednesday", me encanta y por la cantidad de likes que recibe cada miércoles no dudo de que casi todo el mundo se siente un poco igual. A mí me está ocurriendo exactamente al revés. Llevo todo octubre sintiendo que el tiempo se me escapa entre las manos. ¿En serio ya es noviembre? ¿Qué ha pasado? Es como si estuviese viviéndolo todo desde fuera. De repente es viernes y cuando quieres darte cuenta al día siguiente vuelta al lunes, como si durante el fin de semana no existiese el reloj (creo que había una teoría conspiranoica sobre esto).La cuestión es que en las últimas semanas me he dado cuenta de que me está costando desconectar y cuando lo consigo ya se me ha acabado el tiempo libre. Siempre tengo tareas pendientes, cosas que hacer, no consigo liberarme al completo de la mochila de agobios de la semana. ¿Será que necesito vacaciones? No lo sé, pero en estos últimos días he leído, visto y escuchado muchos temas similares que me hacen pensar que es más un mal endémico que una sensación personal. También es cierto que soy muy recelosa con mi tiempo y marco los horarios o rutinas que debo hacer. Entre semana me gustaría tener más de una o dos horas libres, pero para que todo fluya al día siguiente debo adelantarme a los acontecimientos; dejar el tupper preparado, la ropa para el día siguiente o la deporte si tengo yoga esa tarde, la mochila con todo lo que necesite... Un sin fin de lo que yo llamo "hacerme la vida más fácil" pero menos libre. La improvisación o incluso la posibilidad de aburrirse casi no tiene cabida, pero lo prefiero así a tener que agobiarme cada día.Mientras escribía estas últimas palabras he recordado que tenía que depilarme el bigote y corrido a añadirlo a mi 'to-do list' del móvil, junto a otras tareas que he acumulado en estos días, pero que he ido dejando pasar. Aún tengo que comprar el billete del bus para ir a ver a mi hermana a su nueva ciudad, hacer el carrito de la compra de los productos de belleza que estarán rebajados el lunes o escribir esta propia newsletter. Los quehaceres nunca acaban y estoy segura de que eso contribuye a mi agotamiento semanal.¿Tenéis esta sensación? A mí me gusta echarle la culpa al sistema capitalista por destruir todas nuestras energías con ese incesante afán de productividad. A veces incluso nuestros hobbies parecen obligaciones o una razón más para conseguir combinar tu jornada laboral con otros ingresos extras que hagan parecer que la precariedad es un invento. Pero mejor que yo lo explican las investigadoras, artistas y actrices que he recopilado a lo largo de la semana.