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Buenos días a todos. Este es el primer descubrimiento secreto del año, pero si os perdisteis el anterior sobre "Expatriados sin hogar" podéis leerlo en el anterior enlace.
Esta vez vengo a hablaros de un tema de plena actualidad y que yo misma experimento en mis carnes. Algo de lo que me quejo cuando más cansada estoy y para lo que creo que debería haber un cambio de paradigma:
Descubrimiento secreto de enero
A finales de año fui a una papelería cerca de casa a recoger un libro que había pedido. Allí estaban un repartidor de una empresa de paquetería, los dos dueños de la tienda y un chico joven imprimiendo su CV. El chico preguntó al repartidor cómo podía buscar trabajo en este tipo de empresas ya que necesitaba algo para poder mantenerse y seguir estudiando una oposición. El repartidor le comentó que sin experiencia en el sector era muy complicado y que él llegaba a trabajar más de 12 horas al día. Me quedé bastante impactada con la jornada y la explotación, pero la realidad es que no es algo tan inusual.
Esta semana ha salido a la luz un debate sobre la jornada laboral y cómo hace verdaderamente complicada la conciliación. Tanto como que yo trabajando 8 horas llego agotada a casa por el madrugón, la más de hora y media de transporte y el poco tiempo de la tarde que me queda. "En mi aventura vital estoy intentando, aún, dar con el placer de trabajar más de doce horas, regresar a casa a las mil para simplemente ducharme, cenar y dormir. (...) He entrado en el agujero negro de no poder quedar con mis amigas porque estoy más cansada que la bella durmiente, y de no tener fuerzas para poder seguir formándome", comentaban muy acertadamente en este artículo de El Salto.
Pol Rodellar, redactor en VICE, hizo un artículo en tono de humor quejándose justamente de eso, de que la vida es trabajar, dormir y hacerse el tupper para el día siguiente. Y así visto es todo muy pesimista, porque realmente da tiempo a hacer un poquito más si decidimos renunciar al descanso real, el de no hacer nada, la dolce far niente como dicen los italianos.
Llamadme XX, XY o como queráis, porque lo importante es que trabajo 12 horas — www.elsaltodiario.com Qué bien se lo ha montado esta sociedad capitalista, porque tengo tan metido en mi cabeza el eslogan de “querer es poder” que cuando no soy capaz de cumplir con mi trabajo, socializar, aprender y hacer las responsabilidades varias del día a día, me siento culpable y miserable.
De hecho, una pintada de lo que deduzco que es la Línea 9 del metro de Madrid, mostrada por el twittero @pablo_28030 exponía exactamente el título de esta newsletter de hoy. Yo soy la primera que en los momentos de entre medias (casa - trabajo - casa) intenta ganarle horas al día y hacer de esos espacios en blanco un momento de ocio. Para enterarme de las noticias, leer, ver una serie o una película, cuando en realidad a veces solo me apetece dormirme apoyada contra la ventana del tren. E incluso me frustro si no soy capaz de ver un mísero capítulo de la serie a la que esté enganchada porque siento que he "perdido" el poco tiempo que tengo.
¿Cuál es la solución que permita que la gente esté menos quemada y tenga más posibilidades de conciliación? Pues la que está ahora en boca de todos es por la que ha optado la empresa jienense, Software del Sol. "Es la primera compañía española que implanta esta reducción de horas de trabajo, que se traduce en 36 horas semanales en invierno y 28 en verano. Todo ello sin que afecte al salario de los trabajadores".
La propuesta ya se había visto en otros países, Sanna Marin, actual primera ministra de Finlandia, comentó esta propuesta de jornadas laborales de 4 días semanales o 6 horas al día cuando era Ministra de Transporte, (es un bulo que vaya a ser la jornada real de Finlandia).
En Suecia se hizo el experimento en varios sectores y los resultados fueron bastante positivos en cuanto a la calidad de vida de los trabajadores. "Durante los primeros 18 meses del ensayo, las enfermeras que trabajaron menos horas registraron menos bajas por enfermedad, reportaron mejores condiciones de salud y aumentaron su productividad". Además, redujo notablemente el 'calentar silla', según un informe de Adecco el 43% de las empresas habían detectado abuso de conductas presentistas en el trabajo. Es decir, al hecho de estar presente en el puesto de trabajo dedicando ese tiempo a otros asuntos que no son trabajo.
Sin embargo, hay varios problemas: por un lado hay sectores donde no encaja este sistema por el volumen de trabajo que existe, y el otro es la parte que no interesa a las empresas, el extracoste de tener que seguir pagando el mismo sueldo por menos horas y que eso implique contratar a más gente. Aunque eso suponga una mejora de las tasas de paro.
¿Trabajar seis horas? Bueno para el trabajador, la empresa y el planeta — www.elconfidencial.com
Pasar más de la cuenta en el entorno laboral tiene muy malas consecuencias para nuestro organismo.
De hecho el tema del presentismo es un problema realmente grave en Japón, donde una práctica muy habitual es no abandonar la oficina antes que el jefe, "por lo que muchos empleados permanecen en la oficina hasta la noche aunque no realicen ninguna labor productiva. Según la percepción social, a más horas trabajadas, mayor lealtad a la compañía y mayor probabilidad de obtener una promoción". Algo que ha llevado a los japoneses a tomar medidas muy graves como el suicidio (karo-jisatsu) o a la muerte por exceso de trabajo (karoshi) como consecuencia de jornadas extensas y una cultura del trabajo muy exigente que apenas les deja tiempo de ocio o vida social.
En conclusión, la conciliación del trabajo y la vida personal es una necesidad cada vez más imperante en la sociedad, especialmente para que el sistema siga funcionando, haya más posibilidades de plantearse crear una familia, fomentar el consumo en las ciudades o garantizar la felicidad de los ciudadanos. Porque lo contrario tiene consecuencias muy severas que pueden llevar al colapso de los trabajadores como ocurre en Japón. En cambio, hay que tener en cuenta que este tipo de jornadas de 6 horas o 4 días no tienen el mismo sentido en muchos sectores.
Recomendaciones para entender mejor el tema
¿Por qué los japoneses trabajan tanto? de Nekojitablog. Es el vídeo-documental de una pareja hispano-japonesa que viven en Japón, aunque quizás esté desactualizado por ser del 2016, explica muy bien los mitos y verdades del trabajo en Japón. Podéis verlo aquí.
El diablo viste de Prada (2006) de David Frankel. No se me ocurría mejor película para reflejar la falta de conciliación y lo que puede llegar a absorber el trabajo. Sé que prácticamente todo el mundo ha visto esta película pero es revelador bajo el prisma del tema que trato hoy. El despiadado mundo de la moda, una jefa estricta y la obligación de estar disponible 24/7 hacen que Anne Hathaway termine descuidando sus relaciones e intereses personales. Está disponible en Movistar +, por si os entra el gusanillo y os fascinan tantísimo como a mi las transiciones del inicio y mitad de la película. (Puede que ahora mismo esté pensando en verla aunque me la haya tragado más de 10 veces).
Y aquí estoy, un domingo sin casi tiempo para mí, creando esta newsletter porque me gusta muchísimo mi proyecto e intento aprovechar todas mis dotes para hacer cosas productivas (porque eso es lo que hace este sistema con nuestros hobbies) aunque me gustaría estar viendo una película y descansando porque me he pasado media mañana cocinando todo el menú semanal para rascar unas horas al día de lunes a viernes.
Muchas gracias por leerme, podéis enviarme vuestras opiniones y consejos aquí abajo al dar a like o a través de mis redes sociales como Twitter o Instagram. ¡Hasta la próxima!